A medida que nos digitalizamos cada vez más como sociedad, muchos creen que nos dirigimos hacia un mundo sin papel. Sin embargo, a pesar de nuestra dependencia de la tecnología moderna, el papel sigue siendo una parte fundamental de nuestra vida cotidiana. Confiamos en el papel para muchos usos, desde tarjetas de celebraciones cotidianas hasta la comunicación de importantes contratos multimillonarios. Incluso el mago más famoso del mundo, Harry Potter, está batiendo récords en la demanda de papel. Al comprar casi 22 millones de libras de papel certificado (FSC) el United States Scholastic (editorial estadounidense de Potter) ha realizado la mayor compra de papel para la impresión de un solo libro (libro siete de Harry Potter) hasta la fecha.
Hoy en día, el papel viene en una cantidad ilimitada de colores, texturas y gramajes, lo que proporciona distintos niveles de calidad. Desde empaques de marcas de lujo hasta tarjetas de negocios en relieve con pan de oro, el papel se puede personalizar para cumplir con casi cualquier especificación del cliente, lo que lo convierte esta “reliquia” en un objeto que todavía es esencial en nuestras vidas.
Sin embargo, la producción de esta reliquia solo es posible gracias al aire comprimido, el aire comprimido continuo para ser exactos. La fabricación de papel y cartón es un proceso complejo y la necesidad de aire comprimido confiable y eficiente es indispensable durante todo el proceso. Y, dado que la fabricación de papel utiliza una enorme cantidad de energía, es aún más importante proporcionar aire comprimido eficiente.
Para manufacturar papel o cartón, la materia prima como la pulpa o la materia fibrosa de árboles o plantas pasa por tres fases distintas de producción: la preparación de la pulpa, la creación de la hoja y la adición de cualquier recubrimiento o tratamiento final.
Esencialmente, la pulpa pasa por una máquina papelera donde se procesa en una red de papel. Este proceso utiliza grandes volúmenes de agua que deben eliminarse después del procesamiento. El agua se elimina mediante un procedimiento de prensado y secado. Al presionar la lámina se elimina el agua a la fuerza. Luego se usa aire comprimido para completar el proceso de secado. En los primeros días de la fabricación de papel, esto se hacía colgando las hojas como si fueran ropa para lavar. Hoy en día, se utilizan varias formas de mecanismos de secado por calor. El más común es el secador de rodillos calentado por vapor.
Para mantenerse al día con la demanda del mercado, las fábricas de pulpa y papel requieren un flujo continuo de aire comprimido limpio y seco para suministrar una tasa de producción casi constante en una típica fábrica de papel.
La fabricación de papel requiere mucha energía. Mantener bajos los costos de energía y ejecutar un proceso de fabricación sostenible es una prioridad para la mayoría de las fábricas de papel. Con los suministros mundiales de petróleo y gas restringidos y la presión sobre los recursos hídricos, es sumamente importante encontrar eficiencias en cada rincón de la fábrica de papel.
En algunos ámbitos de manufactura, hasta el 91 % del agua utilizada en el proceso de pulpa y papel se limpia a través del tratamiento de aguas residuales y se devuelve a la fuente. Y, por lo general, una fábrica de papel puede reciclar 150 millones de vasos desechables en productos de papel y empaques. Finalmente, el material de papel 100% reciclado posconsumo ya está disponible en el mercado a un precio competitivo en comparación con el papel convencional.
El aire comprimido, utilizado durante todo el proceso, brinda otra oportunidad de eficiencia. Dado que la manufactura papelera necesita aire seco y limpio casi constante, ajustar el suministro con la demanda es fundamental para optimizar la eficiencia del aire comprimido. Sullair desarrolló una tecnología de clase mundial para abordar específicamente esta necesidad: la válvula espiral electrónica (ESV, por sus siglas en inglés), la cual proporciona un control preciso del compresor para reducir los costos operativos. La tecnología de válvula espiral electrónica de Sullair es un método de control de capacidad variable que maneja los cambios en la demanda del compresor de manera eficiente, lo que reduce la cantidad de aire comprimido, y a su vez reduce el uso de energía, ahorra dinero y, por lo general, brinda un ahorro de energía de 30 %. Cuando está optimizado, la ESV puede lograr hasta un 55 % de reducción en el consumo de energía. También debemos considerar que el ambiente en una típica fábrica de papel es muy caliente, pegajoso, polvoriento y hostil. Estos contaminantes pueden ser perjudiciales para el funcionamiento eficiente de la maquinaria que opera en la fábrica. Sin embargo, la Sullair ESV está diseñado para ser lo suficientemente duradera como para funcionar en entornos hostiles, incluidas las fábricas de papel.
Para obtener más información sobre la tecnología eficiente de válvula espiral electrónica de Sullair, vea a continuación:
https://www.youtube.com/watch?v=nNxrNUykRno&t=8s
Sin duda, el papel está aquí para quedarse, pero es de suma importancia asegurarse de que se haga de manera sostenible. Sullair se enorgullece de ofrecer soluciones para la industria papelera que brindan aire constante y confiable, de manera eficiente.
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